24 de julio de 2013

13,99 Euros y el precio del ser humano

Mirar inocentemente las propagandas y los carteles publicitarios, observar una propaganda de TV sin ser conscientes que detrás de ello hay una maquinaria sangrienta e inhumana que vigila, cuida y cercena a las personas como consumidores sin alma pero con mucho dinero; luego de leer este libro la conciencia ya nunca volverá a ser la misma.

Muchos quizás no saben o ignoran que Joseph Stiglitz estaba a punto de convertirse en Jefe del Fondo Monetario Internacional cuando le dan la noticia que no lo será; desvastado y quizás con amargura, toma toda esa ira y la convierte en el "Malestar de la Globalización", una ácida y enérgica protesta al sistema financiero internacional con soluciones más liberales de la que protesta. ¿Stiglitz era publicitario? No, pero hay alguien que siguió su ejemplo.
El genial Jean Dujardin lo llevó a la pantalla grande. Recomendado.
Fuente: filmin.es
Frederic Beigbeder era un creativo publicitario exitoso (según cuentan) que trabajaba en una de las agencias élites de Francia cuando cansado (¿o para reírse de todo?, no sabemos) de la vida que llevaba hace una especie de autobiografía donde se hace llamar Octavio Parango, un creativo publicitario de los mejores, chulo, inhalador nato de todo tipo de sustancias, fumador cuenta su día a día entre las personas que creen salvar el mundo con una publicidad "pero en realidad le pagan kiloeuros para agradarle a una mesa directiva que cree que su producto es la salvación".

Modelos que vomitan los productos que comen, planes de replanteamiento de marketing más secretos que el Día D en Normandía...parece un mundo de locos pero sin embargo el autor no nos relata el mundo del Dr. Seuss, nos relata un trajín de su vida con toques que van más allá de lo increíble, donde uno no sabe si lo real es ficción y viceversa.
Disponible para Kindle.

Un libro para amar porque nos desafía, un libro para odiar porque nos escupe una realidad pero por sobre todo, un libro que se respeta pues dentro de toda esa trama de millones de dolares gastados en publicidad que nunca será mostrada, modelos anorexicas, Ejecutivos de la talla de Zeus, hay vida y es la vida del autor que se desnuda hasta lo loco.




Me veía a mi mismo como un Che Guevara liberal, un rebelde con chaqueta Gucci. Era el SubComandante Gucche, ¡Viva el Gucche!; excelente marca. Buena memorización.
Octavio Parango ¿o Frederic Beigbeder? 

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