Todo amante de la lectura sabrá a lo que nos referirnos cuando hablamos del olor de los libros, sí, esa esencia tan particular que llevan dentro libros viejos como nuevos.
En algún momento, más de uno se habrá acercado un libro a la cara lo suficiente cómo para poder olerlo, incluyéndome, ya sea por placer o mera curiosidad. Aunque personalmente nunca encontré una forma de describir ese aroma, hasta que me encontré con qué Ray Bradbury ya lo había hecho.
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Fue en su novela distópica Fahreinheit 451, en dónde uno de los personajes ya anciano, luego de décadas sin ver un libro -en especifico- la primera reacción que tuvo fue olerlo y expresar lo siguiente: "¿Sabía que los libros huelen a nuez moscada o a alguna otra especie procedente de una tierra lejana?. De niño me encanta olerlos."
Al leer eso no me venía a la memoria de cómo olía la nuez moscada, pero la curiosidad me superó así que hice el experimento conmigo misma y con otros, como quién quiere comprobar una hipotesis. Para mi sorpresa y felicidad Fabes -el personaje de Bradbury- tenía razón, apesar de que la nuez moscada tiene un olor un poco más fuerte, hasta ahora no encontré algo más parecido para describir el aroma de los libros.
Hace la prueba y contanos que tal te fue, o si tenes una mejor forma de describir o comparar el olor a libros - viejos o nuevos- compartílo con nosotros. De paso, podes leerte éste libro, no tiene desperdicio.
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