6 de marzo de 2012

50 años de Humor con Carlitos Vera: así lo vivimos

Hay fines de semana impredecibles, al abrir la billetera y ver que no hay tanto efectivo, al no recibir la llamada de ningún amigo para hacer algo, inmediatamente uno da por sentado que "no va a pasar nada", entonces planea alquilar una película del videoclub más cercano, para después echarse a dormir con un libro por la cara (o con la tele encendida). Pero este no fue mi caso el pasado domingo, cuando por razones atribuidas por quien escribe al azar, me enteré de que el gran humorista paraguayo Carlitos Vera se presentaría esa misma noche en el remozado Teatro Municipal celebrando sus 50 años de carrera humorística, algo que me pareció sorprendente, porque quien dice estar mínimamente actualizado sabe que hace cuestión de días tuvo lugar el trágico deceso de su hija Liz Paola a raíz de un incendio provocado por la explosión de una garrafa en su departamento.

Lo cierto es que miré con asombro esa noticia en la sección de Artes y Espectáculos del Diario Última Hora y sin pensar dos veces decidí enfilar hacia el centro de la ciudad. Era lo que menos se me había pasado por la cabeza que haría ese domingo, que comenzó con un almuerzo en la casa de unos amigos, que me me invitaron cordialmente a compartir la mesa con ellos, por lo general, las tardes del séptimo día de la semana las reservo exclusivamente para visitar la casa de mis abuelos, y fue justamente ahí que hojeando el diario del día me dí por enterado del show.

El espectáculo estaba marcado para las 20:30 y deduciendo que iría una considerable cantidad de público llegué al teatro a las ocho, una fila no tan larga estaba formada frente a la boletería, como era de suponer compré los boletos para el sector "paraíso", no porque eran los más baratos, aclaro, sino porque desde siempre fue mi sector preferido del Teatro Municipal Ignacio A. Pane, recuerdo la última vez que fui con mi madre a ver la obra "La Madama" de Don Mario Halley Mora, nunca me voy a olvidar de la frase premonitoria de mi mama: "Aprovecha y mirale bien actuar a Carlos Gómez, puede que esta sea su última obra" y efectivamente así fue, tiempo después el gran Carlos Gómez engrosaría la lista de actores que pasaron al otro plano. Y ahí estaba yo, a minutos de presenciar el show de su tocayo, mas joven tal vez, pero con los achaques propios de la edad avanzada, motivo que no es suficiente para que deje de subir a los escenarios y haga reír a un auditorio colmado de personas de todas las edades.
Es que Carlos Vera, nacido en el tradicional Barrio Jara, nos demostró que nada es impedimento para hacer lo que más le gusta, el show comenzó puntualmente a la hora pactada, los telones se abrieron y pudo apreciarse la escenografía montada por el maestro Porfirio Bustos, que consistía en humoristas de todos los tiempos caricaturizados, entre estos podíamos notar a Charlie Chaplin, José Olitte, Roberto Gómez Bolaños, César Álvarez Blanco, Nizugan, entre otros. Así, en el primer acto aparecía Carlitos en escena, acompañado solamente de una pequeña butaca, y ahí empezó el show, que sin lugar a dudas fue mitad de siglo de repertorio condensados en dos horas, el monólogo al que ya nos tiene acostumbrados el "hombre de las mil voces" estuvo condimentado con temas de actualidad, como la invasión de los denominados "carperos" a las tierras del controvertido sojero Tranquilo Favero, también aparecieron las afamadas imitaciones de este señor que van desde Romerito, "Calé" Galaverna, Julio del Puerto hasta cantantes como Julio Iglesias, Dyango y Sandro, el humorista no dudó en bromear de sus dolencias físicas diciendo que ahora el imita mejor a Sandro ya que "tiembla como él".
"En las carpinterías, en las gomerías, en los talleres mecánicos, en las esquinas de los barrios, en los asados, en la reuniones informales de los muchachos donde abunda la cerveza, ahí está mi repertorio", sentenció habiéndose ganado a esa altura el cariño de todo el público presente, con el que incluso se dio el lujo de interactuar. Ya al final, cuando mis músculos faciales empezaban a adolecer por culpa de tantas carcajadas, vino el momento emotivo de la despedida y el agradecimiento a todos los que hicieron posible su vigencia luego de pisar por primera vez un escenario en el Barrio Las Mercedes en 1962: "Por más que yo esté rengo, que me tiemble la mano, no me voy a bajar de los escenarios, agradezco a mis cuatro hijos y en especial a vos Liz Paola, que te me fuiste, GRACIAS POR ESTO", fue en ese momento que el telón empezó a cerrarse lentamente mientras brotaban lágrimas de los ojos de un hombre que hizo reír a aproximadamente 80 personas congregadas ese domingo, un domingo que difícilmente se me borre de la memoria, el domingo que escuché a Carlitos Vera decir "los quiero mucho" y me dí el gusto de gritarle desde mi butaca en paraíso "NOSOTROS TAMBIÉN TE QUEREMOS CARLITOS, ÍDOLO!!!".

Carlitos ya tiene ganado su pase a la inmortalidad, como el mismo dice: "no me voy a morir nunca porque tengo una pierna de hierro y no puedo estirar la pata"

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