21 de marzo de 2012

Reflexión sobre los 50 años de Mafalda

Aprovechando el espacio amablemente cedido por la colega Nathalia Cristaldo me dispongo a escribir sobre un tema que tuvo gran repercusión en medios, redes sociales y foros la semana pasada, los supuestos 50 años del que podría decirse el cómic más famoso de habla hispana. Una información afirmaba que el nacimiento de la hija dilecta de Joaquín Lavado, conocido como "Quino" se dio el 15 de marzo de 1962, por lo tanto este año celebraría sus bodas de plata, y como era de suponer esto desató una serie de discusiones y puntos de vista opuestos con respecto a la fecha exacta de su venida al mundo, en la contienda no estuvieron ausentes los "mafaldólogos", como catalogó un medio de prensa colombiano a el gran grupo de personas que sostenían que festejar el pasado 15 de este mes era algo erróneo, ya que la primera aparición de la nena que odiaba la sopa fue el 24 de septiembre de 1964, esto según el propio testimonio de su creador.

Ahora bien, los que festejamos (y me incluyo) el jueves pasado, nos basamos en una carta al director del semanario "Siete Días Ilustrados" firmada por la propia Mafalda, redactada en primera persona, en la cual el primer párrafo rezaba lo siguiente: "Nací el 15 de marzo de 1962", este escrito también puede leerse en el libro recopilatorio "Mafalda Inédita". Se trata pues de una fecha ficticia, partiendo de esa base el debate generado se vuelve  nulo y sin sentido, a mí parecer lo que recordamos fue el nacimiento del personaje, no de la tira en sí, valga la aclaración. Es que para los que crecimos con ella y la consideramos parte de nuestras vidas ese festejo fue algo más bien simbólico, los "pragmáticos" simplemente pueden hacer caso omiso a nuestra algarabía y esperar el 2014, hasta septiembre de ese año específicamente, ya que tanto les gusta ser precisos y puntillosos como relojes suizos.
Mas allá de todo lo generado, coincido plenamente con el concepto de varios periodistas y columnistas de distintos medios de prensa de Latinoamérica que se hicieron eco de la noticia: "Cualquier día es bueno para agasajar a Mafalda" a lo que yo agrego, así como cualquier día es bueno para leerla. La nena que odia la sopa, es fanática de los beatles, adora ver el show del pájaro loco, tiene una tortuga llamada "burocracia" y en el futuro quiere ser traductora de las Naciones Unidas según los analistas, es el fiel reflejo de la clase media argentina de los años 60', a quien la misma llama "clase media estúpida", tiene a la radio como su principal medio para enterarse y estar actualizada de los problemas que todavía aquejan a el planeta tierra: los conflictos armados, el hambre y la desigualdad social, aún así como toda persona de su edad tiene amigos   (todos con características peculiares) con quienes juega a los "cowboys", al "tatetí" y al ajedrez.
Mafalda fue una fiel compañera de mi niñez, con ella prácticamente aprendí a leer y con el paso del tiempo fui entendiendo mejor sus agudas reflexiones  y su pensamiento progresista, recuerdo que cuando mis padres me regalaron el primer libro escribieron una especie de dedicatoria: "Te compramos este librito, creyendo que te ayudará a pensar". Y así fue...
Lo cierto es que Mafaldita (como la llamaban sus padres) seguirá gozando de nuestro cariño por mucho tiempo, y lo más importante, siempre estará esperándonos en el estante de alguna librería o en algún cajón donde guardabas tus cómics de chico. Te deseo un feliz cumpleaños recordando la frase tuya que más quedó impregnada en mi memoria: "Si uno no se apura en cambiar el mundo, es el mundo el que termina cambiando a uno"

1 comentario:

  1. Mafalda, Mafalda! También fue lo primero que leí. Tengo los diez libritos ajados ya (eran de mi padre) Tienen el precio escrito aún: 350 gs

    Pasa el tiempo, pero no para esta niña, casi cincuentona, que se pregunta "Y al final, ¿cómo es la cosa? ¿Uno lleva la vida por delante o la vida se lleva por delante a uno?"

    ResponderEliminar